viernes, 24 de junio de 2011

Obulco, pasaje a la antiguedad.


Una noticia publicada en el diario Jaén despertaba mi entusiasmo, ya que anunciaba la próxima inauguración en el 2012 del Museo de Arte Ibero de Jaén. Dentro de sus fantásticas piezas, se encuentran unas obras de arte, de un valor incalculable, que son el grupo escultórico de cerrillo blanco (Porcuna).La mítica Ipolka nos vuelve a hacer guiños desde la antigüedad, haciéndonos recabar todos los datos existentes sobre la capital túrdula, como es el echo de que en Porcuna se acuñó la segunda serie mas numerosa de numismática antigua en la Península Ibérica, 95 tipos, solo superada por Kese (Tarragona), con 102.

Mucho tiempo ha pasado del azaroso viaje de Kolaios de Somos (comerciante griego a mediados del s. VII a.C.),  en el que una tormenta arrojó su nave mas allá de las columnas de Heracles o Melkart, al Mar Exterior; así que gracias al veleidoso Poseidón
fondea en una rica ciudad llamada Turta y que el bautizó como Tarsis, capital del reino de Tartessos, con su rey Argantonio, su nobleza y ricos ciudadanos, no solo económicamente sino culturalmente, ya que tienen sus leyes grabadas en piedra. Turta también controlaba todo el comercio del oro y la plata del rio Baitis (Guadalquivir).

Las guerras y los intereses económicos acabaron con los Tartessos, dividiéndose el mítico reino en dos:
·        los turdetanos, bajo Guadalquivir 
·        los túrdulos, medio y alto Guadalquivir.

 Los turdetanos, con menos poder que los Tartessos, todavía eran hábiles cultivadores, esforzados ganaderos, ingeniosos mineros y magistrales orfebres.
Los fenicios, los cuales fundaron Gadir (Cádiz), les arrebataron el control del comercio con los pueblos allende los mares; después de los comerciantes de Tiro y Sidón, llegaron los cartagineses, al reclamo de la riqueza de la turdetania, siendo estos más proclives a robar y asaltar, lo que no consiguen poseer por medio del negocio y la extorsión.
Los túrdulos y turdetanos aun se sienten orgullosos de su antiguo linaje y son capaces de defenderse mediante unas alianzas (fides), unas leyes y las armas.



Las madres túrdulas aún confían en sus dioses cuando ven a sus hijos desfilar marciales por las calles de su capital, obulco, falcata (1) y sica (2) en el tahalí, soliferras (3) y alabardas al hombro, vestidos de impecables togas blancas con banda púrpura, pequeño escudo al pecho decorado con animales mitológicos, sujetado por firmes correas de cuero rojas, impresionantes jinetes con brillantes cimeras sobre los yelmos de cuero.
Como sus hermanos batestanos y oretanos son diestros en el  manejo de las soliferras y se requiere mucho empeño para derrotarles, tienen a su  Señora Alada, a quien los marinos focenses invocan como Potnia Theron ( Πότνια Θηρν), la que los
ama y da valor.


  1. falcata: espada corta ibera.
  2. sica: daga.
  3. soliferra: jabalina de asta forjada en hierro.